martes, 5 de mayo de 2015

Números Maestros

11 - 22 - 33 - 44

Los números maestros son aquellos que aportan en si mismo, un caudal enorme de conocimientos que incitan a las personas a concretar su mandato.
Se potencian con mayor fuerza en el número de destino o camino de la vida, pero también son importantes cuando aparecen en la personalidad y estudio numerologico

Los números 11, 22 y 33



La Numerología reduce todos los números de varios dígitos en los números de un solo dígito de 1 a 9 con la excepción de tres números llamados “maestros” 11, 22, 33. A estos números se les atribuye un significado propio y una serie de propiedades que los diferencia de todos los demás números. Algunos practicantes entusiastas de Numerología se han interesado especialmente en los números maestros porque, como su nombre lo indica, piensan que representan algo que supera lo mundano y lo material. Incluso en las últimas décadas algunos investigadores esotéricos han adoptado como números maestros todos los que tienen dobles dígitos idénticos (44, 55, 66…). Ello se debe probablemente porque los “números maestros” aguijonan nuestra curiosidad y nuestra búsqueda de lo sensacional dentro del dominio irracional. Sin embargo no existen fundamentos históricos o tradicionales que justifiquen estas opiniones, que no sea la de una amplificación del efecto del digito que se presenta en doble. Por ejemplo, la influencia numérica del 5 sería más poderosa en el 55 que en el simple numero 5. Y que tal vez se encuentren en el número 55 ciertas influencias que pueden atribuirse al número 1, reducción teosófica del 55…



El significado y el poder de los números maestros


En los tres números maestros tradicionales, el 11, el 22 y el 33, el poder no sólo se le atribuye al hecho de que ellos se componen de dígitos idénticos, sino también por esas cifras son el 1, el 2 y el 3, respectivamente. En el caso de la 11 (un doble 1), tiene duplicados los rasgos y la personalidad del número 1 y cuando se lo reduce (11 = 1 +1 = 2) se convierte en un 2, combinando de esta forma la más potente energía masculina (la del 1, Zeus) con la energía femenina igualmente potente (la del 2, Hera). Si se tiene en cuenta que el 1 y el 2 están en los extremos opuestos del espectro de la energía, (la creatividad del 1 y la receptividad del 2) y la combinación de esos atributos eclipsa a todos los demás caracteres asignados a los números del 3 al 9. Se puede imaginar la fusión de una energía masculina imparable, la del guerrero más fuerte, más impulsivo y agresivo, con la supremacía de la diosa más intuitiva, femenina, y astuta. Incluso todo eso no revela la verdadera esencia del número maestro 11 que representa el potencial de empujar los límites de la experiencia humana hasta el nivel más alto de la percepción espiritual, donde se efectúa el vínculo entre lo mortal y lo inmortal, entre el hombre y el espíritu, entre la oscuridad y la luz, la ignorancia y la iluminación. Esta es la esencia simbólica del número 11.

Del mismo modo, el número maestro 22 combina una dosis doble de la capacidad intuitiva y femenina representada por el número 2, con capacidad máxima para hacer sueños en realidad, el dominio de los 4. Y de nuevo, el resultado no es sólo una simple suma de atributos que adquieren un fuerte potencial, sino la verdadera esencia del 22: La capacidad de experimentar todo lo que el 11 tiene que ofrecer y aplicarlo al mundo material.

Por último, el número maestro 33 combina los poderes más competentes de expresión y realización (la del número 3) con el maestro y el tutor por excelencia, el 6. Su verdadera esencia constituye la última etapa en la evolución espiritual, el Maestro de maestros. Tal vez también sea éste un valor simbólico que se le atribuye a la edad del Cristo, el 33

La capacidad de alcanzar la iluminación espiritual (el 11), hace que sea una realidad en el mundo material (el 22), y luego lo utiliza para elevar a los demás hacia la iluminación (el 33), lo que refleja la magnitud del camino de la vida humana, simbolizado por los tres números maestros. Con el fin de pasar de la altura de la comprensión espiritual, simbolizada por el 11, a un nivel aun más alto de discernimiento divino debemos llegar a una experiencia de madurez espiritual en el mundo material, como se refleja en la 22. El paso final, la realidad divina de un verdadero Maestro espiritual, requiere un nuevo impulso sobrehumano de realización espiritual simbolizado por el número 33.

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